Los quilópodos (Chilopoda, del griego kheilos, labio y podos, pies),[2] popularmente conocidos como ciempiés y escolopendras (Scolopendra cingulata), son artrópodos miriápodos de cuerpo alargado y estrecho formado por 21 segmentos o anillos (metámeros), con un par de patas en cada uno de ellos y que pueden llegar a medir hasta 10 cm. Pueden poseer veneno. Son carnívoras y para capturar a sus presas tienen unos apéndices bucales muy desarrollados que segregan veneno. Se han descrito unas 3.300 especies.[3]
Los quilópodos (ciempiés) se distinguen de los diplópodos (milpiés) en que sólo tienen un par de patas por cada segmento o metámero de su cuerpo, mientras que los milpiés tienen dos pares de patas por metámero. Rara vez son vistos dentro de las viviendas y edificios, excepto por el ciempiés doméstico, que se reproduce en sótanos y lugares similares.
Han sido capaces de colonizar ampliamente todos los ambientes, llegando desde los áridos desiertos al círculo ártico, pero requieren microclimas húmedos debido a su alta tasa de perdida de agua.